lunes, 27 de abril de 2009

BREVE GUIA PARA ENTENDER
LA IDEOLOGIA DE LA CORRUPCION


Todos lo intuíamos desde hace tiempo, pero hacían falta la confirmación y las evidencias, siempre dificiles de obtener.
Era improbable que surgieran por el camino de los procesos judiciales, como el largo y tortuoso caso MOP Gate, que debe serle responsable de más de una cana a la ministra Chevesich. La perfecta coordinación de encubrimientos, silencios, entorpecimientos de la investigación y prescripciones legales de algunos hechos investigados, los cubrían de una densa neblina que lograba ocultarlos. Pero nadie contaba con que, algunos miembros de la Concertación se hastiaran de este sistemático uso político de dineros de todos los chilenos, y, movidos por una subita honestidad o un deseo de desligarse a tiempo de la debacle que viene, decidieron contarlo todo. Es el caso de Edgardo Boeninger (DC), Jorge Schaulsohn (PPD) y Gonzalo Martner (PS). Estos dos ultimos, al igual que antes tras la tímida reacción previa de Fernando Flores (PPD), fueron objeto de severas reprimendas y llamados de atención amenazantes de parte de sus cúpulas partidarias, por "hablar más de la cuenta".
Parece que, como dice el refrán, las ratas arrancan cuando ven que el barco se va a hundir. Aunque, en este caso, las ratas parecen ser mucho más honradas que los gatos que quedan a bordo.
El pasado 10 de diciembre, el día que murió el General Pinochet, apareció la entrevista a Jorge Schaulsohn en la cual estampó el concepto de la "Ideología de la corrupción". Nos cuenta que tras los hechos de corrupción en los que ha caido la Concertación durante los ultimos años se esconde una ideología que los ampara. No se trata sólo de personas inescrupulosas que se aprovechan de sus posiciones de poder. Estos actos derivan de una forma de entender la realidad política y social, que se arrastra desde 1999 (elección presidencial apenas ganada por un mínimo margen por Lagos frente a Lavín), y cuyo fundamento filosofíco viene a ser una lucha entre el "bien y el mal", entendiéndose como bien el progresismo ateo , y como "mal", la derecha (aunque parezca increible este autoconvencimiento absurdo de superioridad moral). Las fuerzas del "mal" tendrían a su disposición, de acuerdo a este sesgado análisis, todos los medios de comunicación y los recursos financieros del empresariado, que los prodiga generosamente entre sus candidatos confiriéndoles una ventaja inapelable.
Siguiendo esta maquiávelica filosofía, esta "desgracia" debe ser resistida por todos los medios. Para ello, a la Concertación no le queda más remedio que hacer uso de los recursos fiscales para financiar sus partidos y campañas, secretamente y olvidando que dichos recursos son aportados por todos los chilenos. No importaría el mal menor que significa desviar los fondos de los planes de empleo, Chiledeportes, Sence e INDAP hacia estos fines en lugar de entregárselos a quienes van originalmente destinados y dejarlos en la indefensión (en especial, a los cesantes), todo esto, por cierto, sin tomarles la opinión a los afectados directos.
Todo esto buscando librar al pais del caos que significaría que...la Derecha asuma el poder (y, consecuentemente, los funcionarios concertacionistas, lo pierdan). No olvidemos que, según los resultados de las presidenciales de 2000 y 2006, hubo un 49% y 46% respectivamente, de chilenos que sí querían que nos gobernara la Derecha.Una cifra no menor.
Es la vieja idea de que el fin justifica los medios. ¿ustedes la comparten?

La guinda de la torta de esta mentalidad,que glorifica actos reñidos con la probidad, es la tesis de presunción de inocencia, según la cual las graves faltas a la ética, que en las democracias maduras acarrean las más grandes sanciones, no tienen consecuencias entre nosotros. Para renunciar o destituír se exije sentencia ejecutoriada y si el funcionario culpable se beneficia de la prescripción, puede continuar desempeñándose en su cargo.

Esta ideología, aparte de su componente anti ético, se basa en graves distorsiones de la realidad. Queda claro que los empresarios no son incondicionales de la Derecha, y varios de ellos (Andrés Navarro, Máximo Pacheco, Oscar Garretón, Colodro, y otros Empresarios por la Concertación) han declarado públicamente haber apoyado financieramente campañas de Lagos.
No en vano, Hernán Sommerville, camaleónico ex-presidente de la CPC, expresó hace un año, en una reunión de empresarios con el ex presidente, que "los empresarios aman a Lagos".
No olvidemos las atenciones e intervenciones de Lagos cuando Andrónico Luksic hijo fue perseguido por la justicia peruana.
No olvidemos las palabras de Allamand, a principios de año, en que llamó al empresariado a no canonizar a la presidenta ni al gobierno, y a no recurrir a la Derecha cuando las medidas de este gobierno no los favorecen.
No olvidemos que el propio Schaulsohn afirmó en elperiodista.cl en el 2003, "es mentira que los empresarios financian sólo a la Derecha".
No olvidemos que en el pasado, ilustres empresarios estadounidenses, como Rockefeller y JP Morgan, triacionando las ideas libremercadistas y nuestra tradición occidental, financiaron la Revolución Rusa y apoyaron a la economía estalinista en los años 20.

En resumen, los empresarios no siempre están donde está el bien. Si los resultados son favorables, si hay buenas rentabilidades, podrían algunos de ellos negociar hasta con el mismo Diablo. De modo que la asociación empresarios-Derecha, no pasa de ser un mito, al igual que los diarios y la prensa de Derecha ; en Chile tenemos diarios que atacan a la Derecha sin piedad (The Clinic, La Nación, antes Diario Siete) y un gran grupo de diarios neutros, demasiado neutros.

Vemos, pues, que , aparte de la inconsecuencia ética del tema, tampoco hay un fundamento realista tras esta "ideología". Bajo un barniz maquiavélico de lucha entre el supuesto "bien" y el "mal", se enconde la ambición y la necesidad de conservar el poder para disfrutar de sus beneficios.
Una semana después, fue al ex presidente del PS, Gonzalo Martner, a quien se le escapó el hecho de que "los partidos oficialistas reciben dineros de los gastos reservados del Ejecutivo". Tras un fuerte y contundente llamado de atención de la ministra Veloso, quien con un tono amenazante mezcla de El Padrino y del Comite Central que rodeaba a Stalin (quien estaría orgulloso de esta personera, excepción hecha sí de su exuberante peinado burgués, que talvez opaque al de sus camaradas mujeres) , señaló que "Martner tendrá que dar cuenta de sus dichos". Y como Martner ama la vida, y desea seguir disfrutándola, con criterio rectificó a poco andar sus dichos diciendo que: "no me consta que los gastos reservados del Gobierno hayan sido utilizados en campañas políticas, pero si fue así, fue en cantidades realmente pequeñas". O sea, pura chaucha, la misma que marca la diferencia entre comer o no comer para un cesante hacia quien iban dirigidos originalmente los Planes de Generación de Empleo, a cuyos dineros el Gobierno encontró un destino mejor.
Tranquilo, señor cesante, no es importante que lleve de comer a su casa; lo importante es que nosostros le aseguramos que no vaya a caer en el "infierno" de un gobierno de la Derecha. Como aquél que puso a Chile a las puertas del desarrollo y le dio trabajo a casi todo el mundo.
Otro personero de la Concertación comprometido en la lucha contra la corrupción, el diputado Naranjo, calificó a Martner y Schaulsohn como "tontos útiles de la Derecha" (¿habrá querido decir en el fondo : personas involucradas en el recto manejo de los fondos fiscales? Quién sabe. Porque quién podría creer que los está retando sólo por intentar denunciar y combatir prácticas de corrupción, digo yo.)

Finalmente, la ministra Veloso nos orientó (y advirtió, de paso, a sus correligionarios) acerca de lo que constituye realmente delito en toda esta situación. "Es más, quiero ser muy categórica, un funcionario público que señala como se gastan los gastos reservados, comete delito. Son reservados y son reservados en ámbitos básicamente de seguridad".
Eso sí que es delito, no el destinar fondos fiscales para objetivos distintos a los destinados. Entiendo.

(Publicado en www.cuidadoporquienvotas.blogspot.com, diciembre 2006).

jueves, 23 de abril de 2009

El mismo día en el que falleció el General Pinochet, el 10 de diciembre de 2006, el diario El Mercurio presentaba en su sección reportajes, una sin duda bombástica entrevista. Se trataba del ex presidente del PPD, uno de los partidos de la Concertación, Jorge Schaulsohn, quien daba a conocer en ella, por vez primera, lo que se pasó a llamar la ideología de la corrupción como conjunto de ideas constituyentes de esta coalición política. Se trataba de una creación ideológico valórica absolutamente perversa desde el punto de vista de la ética natural, que pretendía justificar, eximir de toda culpa y blanquear los, a esa altura, innumerables episodios en los que la Concertación izquierdista había malversado fondos públicos a su favor.
Esta noticia habría estado llamada a transformarse en el summum del escándalo público, cúlmine de muchos reiterados escandalillos de corrupción en lo que la Concertación habia caido en sus 16 años de gobierno, pero, para suerte de esta agrupación, la noticia de la muerte del General Pinochet y sus consecuencias opacaron oportunamente a esta otra noticia de suma gravedad para el alma moral del pais. De modo que no recibió toda la atención que hubiera merecido y recibido esta noticia en circunstancias normales.
Después , el tiempo, las fiestas de fin de año, el verano y la técnica goebbeliana de propaganda del gobierno socialista la fue sepultando rápidamente en el olvido.
Pero sin duda se trata de un hecho gravisimo. El socialismo ha debido inventar , a lo largo de su historia, y para poder sobrevivir moralmente en la sociedad, toda una serie de ideologías que intentan justificar sus errores doctrinarios y contradiccione, su absoluta falta de coherencia con la naturaleza humana. Lo han hecho con una ideología inaudita para justificar el aborto, que no resiste el menor análisis desde el punto de vista biológico, genético ni ético. Lo hacen enviando la absurda señal de que el crimen y la delincuencia se justifican por la "desigualdad", actitud que los hace fracasar una y otra vez en la lucha contra la delincuencia. Lo han hecho para ocultar sus crímenes y atribuir sus pecados a sus opositores.
Porque, si hay algo peor que abortar, es el creer que no se está haciendo ningún mal al hacerlo; si hay algo peor que robar dineros públicos, es creer que se está actuando con plena justicia y moralidad al hacerlo. Este tipo de pensamiento, que niego el daño o el mal desde su origen, impide cualquier rehabilitación, cualquier enmienda, cualquier arrepentimiento. Y sólo contribuye a un círculo vicioso de reproducción del mal en cuestión.
De ahi la gravedad de este tema, frente al cual la sociedad no debe tener ni perdón ni olvido: la ideologia de la corrupción.
De recordarnos eso, y sus diversas aristas, se encargará este blog.